Equipo 3
En base a la investigacion realizada por nuestro equipo acerca del tema "Sexualidad" ahora sabemos que esta ha ido evolucionando junto con la mentalidad del ser humano. En la
Prehistoria era una simple satisfacción del impulso reproductivo. Es probable
que la preocupación por la sexualidad no contara demasiado en las primeras comunidades
cavernarias debido a la vida totalmente insegura de los primeros hombres. La
persecución de la caza y la búsqueda de frutos obligaban a un constante cambio
de refugios.
La
sexualidad pasa a ocupar un lugar importante en la civilización con el descubrimiento
de la agricultura, pues permitió a las tribus establecerse por períodos
prolongados en territorios fijos, con lo que hombres y mujeres pudieron fin
conocer el placer de reproducirse. En ese momento, la humanidad identifica a la
mujer (da vida) con la tierra (da frutos). Así nace un culto a la sexualidad
femenina que sólo relegarían, las religiones judaica, cristiana e islámica.
En
las culturas helénica y latina el acto sexual llegó a ser una manifestación
religiosa. Las orgías dedicadas a Dionisio o Baco, divinidad masculina de la
sexualidad, fueron al principio verdaderos rituales del amor. En ellos se
ofrecía a los dioses un presente para propiciar sus favores, en forma de
fertilidad femenina y terrestre. Con el correr del tiempo esta creencia perdió
su base religiosa y se transformó en exceso hedonista.
En
este período se consolidó también la exaltación del potencial sexual masculino,
a través de las imágenes divinas como Zeus y, especialmente Apolo.
La mujer debía
ofrecer su virginidad y fertilidad a la diosa Venus o a algún de sus
equivalentes, a través de la unión con un sacerdote o un extranjero; el
forastero, en este caso, debía pagar a su vez con una ofrenda en especie o en metálico
para costear los cuidados del templo de la diosa. Esa costumbre ritual degeneró
en la simple venta del cuerpo femenino. Era natural que estos excesos ocurran
en pueblos dominados por las concepciones helénicas y latinas, cuando las guerras
o el desgaste de la sociedad alteraban las costumbres y causaban una profunda
ansiedad por disfrutar placeres. Entre los múltiples descubrimientos e
invenciones de estas culturas no podía faltar la educación sexual.
Griegos
y latinos conocían la importancia de desarrollar una sexualidad plena;
buscaban, por lo tanto, cumplir el ideal de la vida sexual.
Educaban a sus niños
en el conocimiento de las funciones sexuales. Procuraban exaltar el erotismo.
Las consideraciones grecolatinas sobre la sexualidad permitían, asimismo,
conductas que otras culturas condenarían y perseguirían como por ejemplo, la
noción de hombría que se manejaba en la época grecolatina no excluía las conductas
homosexuales que no constituían gran menoscabo para la virilidad.
La
religión judía fue de las primeras en reprimir la sexualidad, particularmente
la de las mujeres que eran considerabas simples objetos sexuales. En el Antiguo
Testamento, la función de la mujer era procrear, perpetuar, y servir a los
hijos. El cristianismo cambió esta visión pero al pasar a ser religión oficial
del imperio romano se convirtió en una fuerza política y represiva. El cristianismo
designó la sexualidad como algo impuro. El islamismo reprimió aún más
ferozmente a las mujeres, y continúa esa injusta práctica hasta nuestros días.
Lo prueban los velos y pesados rodajes que les obligan a llevar en los países
donde es la religión oficial.
En
el Oriente, la sociedad buscaba el conocimiento y el desarrollo de las
funciones sexuales. En la India son famosos los libros sagrados del erotismo
hindú, como el Kama Sutra, que enseñan las maneras de convertir el goce de la
sexualidad en una experiencia casi mística. Esto no quiere decir que en estas
culturas el desarrollo de la sexualidad triunfara. Las conveniencias políticas
y las concepciones machistas mantenían gran número de costumbres atroces y represivas
contra las mujeres y las clases más humildes.
En
Occidente, la represión político-religiosa de la sexualidad y sus
manifestaciones se mantuvo hasta bien entrado el siglo XX. Sin embargo, entre
el siglo XVIII y el actual se dieron diferentes cambios en la mentalidad
social. Algunos fueron espectaculares y otros poco perceptibles. Pero todos
marcaron el camino hacia la revolución sexual, que ocurrió en la década de 1960
y desembocó en las actuales concepciones sobre este tema.
Durante
el siglo XIX, la sexualidad comenzó a estudiarse con mayor serenidad, la
represión de sociedades puritanas, como la de Inglaterra en la época de la
reina Victoria, continuó. La sociedad victoriana ostentaba varias
contradicciones morales. Por ejemplo, exigía continencia sexual a las mujeres
"decentes", y al mismo tiempo toleraba la prostitución como un
vertedero inevitable de las necesidades "sucias" de los hombres.
El
inicio del siglo XX fue también el principio del importante movimiento de
liberación femenina, para situar a la mujer en un plano de igualdad con el
hombre. Así empezaron a desecharse los tabúes sobre el cuerpo y su capacidad
sexual. Hombres y mujeres comenzaron a preocuparse por entender mejor
el desarrollo de sus capacidades y habilidades sexuales. Las dos guerras
mundiales aumentaron la permisividad sexual en la sociedad, que a corto plazo
propiciaría la liberación conceptual sobre el sexo.
Poco
después se dieron a conocer las investigaciones modernas que permitieron el
nacimiento de la sexología como ciencia. Los años 60, con sus movimientos juveniles de transformación política,
económica y ética, trajo un cambio decisivo. En conclusion la sexualidad es considerada como una cualidad única del ser humano; y a lo largo del tiempo ah cambiado actitud de las
sociedades hacia el conocimiento de la sexualidad y sus manifestaciones. En
nuestros días, la manifestación de la sexualidad ocupa un lugar importante
dentro de la vida cotidiana.
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